El proceso creativo detrás de la marca KAKAW comenzó con la búsqueda de un nombre que evocara la esencia pura y ancestral del cacao. Inspirados en la fonética de la palabra original en lenguas prehispánicas, elegimos KAKAW para rendir homenaje a la raíz histórica del chocolate. La identidad visual se construyó a partir de la textura y los tonos naturales de las cáscaras del cacao, logrando una paleta de colores terrosos que transmiten calidez, autenticidad y conexión con la tierra.

El desarrollo de la identidad gráfica se enfocó en integrar elementos orgánicos y tipografías con un carácter artesanal, reflejando la pureza y el origen del producto. Las propuestas de papelería incluían tarjetas, etiquetas y empaques que resaltaban la riqueza visual del cacao con acabados naturales y ecológicos. Aunque el proyecto no logró concretarse, la exploración creativa sentó las bases para una identidad sólida y con un fuerte valor simbólico.